¡Vos podes ayudarnos!

---
;

jueves, 31 de marzo de 2011

El rito, entre la fe y la duda

Por. José de Segovia Barrón, España*
Cuando uno ve la publicidad de El rito, se pregunta: ¿no hay ya suficientes películas sobre exorcismos? Aunque hace ya casi cuatro décadas que se hizo el clásico de William Friedkin, el género está lejos de haberse extinguido. Estos últimos años se repiten las historias sobre exorcismos, que consideran casos reales, desde el dilema entre la fe y la duda.

Considerado al principio como una variante del cine de terror, este sub-género se ha convertido finalmente en una especie de thriller teológico, con películas como El exorcismo de Emily Rose o la actual El rito, donde no debemos “esperar cabezas girando o puré de guisantes” –como dice irónicamente el cura que interpreta Anthony Hopkins–. Desde el mítico film de los años setenta, la curiosa apologética de estas obras –muchas de ellas hechas por creyentes–, es que si reconocemos la existencia del diablo, aceptaremos también la realidad de Dios.

La historia de El rito nace de un reportaje de un periodista norteamericano llamado Matt Baglio, que reencontró la fe al investigar la actividad de un verdadero exorcista en Roma.La novela es convertida en guión por el escritor católico Michael Petroni, autor de la última entrega de la serie de Crónicas de Narnia: La travesia del Viajero del Alba. El periodista Baglio se convierte aquí en la simpática Alice Braga y el seminarista de cincuenta años en el joven debutante Colin O´Donoghue.

El director sueco Michael Hafstrom viene sin embargo de la protestante Suecia –aunque su madre es una judía húngara–, pero ha presentado su película en el Vaticano con el protagonista –Anthony Hopkins–, que dice que ha dejado de ser ateo, al superar sus problemas con el alcohol. El co-protagonista O´Donoghue es un actor católico practicante irlandés, que hace aquí su debut en la gran pantalla. Todo parece indicar que estamos ante un testimonio de fe, pero ¿es esto asi?

¿NADA EN QUE CREER?

¡No tengas miedo! ¿Crees en el pecado? ¿No hay nada en que creer?, suena la voz sobre el fondo negro con que comienza El rito, después de una cita del papa Juan Pablo II, que acaba afirmando que “el diablo sigue vivo y activo en el mundo”. La escena que viene a continuación parece sacada de la serie A dos metros bajo tierra. Vemos a un chico trabajando en el negocio de su padre, Istvan Novak (Rutger Hauer), algo tan poco usual como una funeraria. El joven embalsamador Michael parece alguien normal. Sale con sus amigos a los bares, donde encuentra chicas, pero de repente decide dar un giro radical a su vida, entrando en un seminario católico.
La acción salta entonces al momento antes de tomar votos para entrar en el sacerdocio. Tras escuchar las palabras del llamado de Jesús –en el Evangelio según Juan 15:16, que recuerda a sus discípulos que es Él quien les ha elegido a ellos, no ellos quienes le eligieron a Él–, Michael aparece en la habitación escribiendo su renuncia por correo electrónico a su superior, por “ausencia de fe”. La reacción sorprendente del padre Matthew (Toby Jones), es proponerle viajar a Roma, para hacer un cursillo sobre exorcismos, que le haga encontrar a Dios.

La lógica es la misma que llevó a la fe al padre Lucas –Hopkins–, que se dedica ahora a hacer exorcismos en una casa a las afueras de Florencia. Las conversaciones entre el incrédulo Michael y el extravagante sacerdote van a llenar la película. La reputación de heterodoxia del Padre Lucas se muestra en unos discursos que recuerdan el concepto de la duda inevitable del teólogo Paul Tillich: “Reconcíliate con tus dudas, porque ellas te dirigirán”. Confiesa incluso: “A veces experimento una total pérdida de fe –días y meses, cuando no sé qué demonios creo–, en Dios o el diablo, Santa Claus o Campanilla”. El problema es que “sólo puedes vencer al mal, cuando crees”…

EL EXORCISTA

El maestro del thriller de los setenta, William Friedkin, quiso hacer ya con El exorcista (1973) una "parábola para el siglo XX", que “pretende ser una obra moral que refleje la lucha entre el bien y el mal, tomando en serio el mal, en vez de racionalizarlo”.La película está basada en otra novela-reportaje, que cuenta un suceso real ocurrido en 1949 con un chico de 14 años –en vez de una niña pequeña– en Mount Rainier (Maryland, EE.UU.). El muchacho había pasado por varios hospitales a causa de unos violentos ataques nerviosos. Como los centros sanitarios estaban gestionados por jesuitas, aconsejaron a los padres visitar a un sacerdote, pero ellos eran luteranos y no creían en la posesión diabólica.

Al morir la tía del niño, que era muy aficionada a la ouija (una tabla por la que se intenta mantener contacto con los espíritus), el muchacho empezó a mostrar comportamientos histéricos. Un pastor luterano pasó una noche en su casa y dio testimonio de los extraños fenómenos. Recurrieron sin embargo a un cura, que recibió la aprobación de sus superiores para celebrar un exorcismo en el hospital jesuita de Georgetown. Este no muere –como el padre Merrin (Max von Sydow) en la película–, pero fue lesionado por los golpes que le dio el niño con una madera, siendo sustituido por otros dos sacerdotes.

William Peter Blatty conoció el caso mientras estudiaba en la Universidad de Georgetown. Era hijo de una mujer profundamente católica, que había sido abandonada por el padre, cuando el escritor tenía 7 años. Tenía tanto interés en la religión, que había pensado ser sacerdote. Este escritor neoyorquino trató de averiguar detalles del caso, presentando el tema a un editor con cartas larguísimas llenas de divagaciones religiosas, sobre la convicción de que la posesión diabólica era en cierto modo una prueba de fe. El libro se publicó con mucho éxito en 1971, siendo llevado al cine por Friedkinal año siguiente. Su sombra se extiende sobre El rito…

LA SOMBRA DELPADRE

A pesar de la irónica mención a las “cabezas girando y el puré de guisantes”, las referencias a El exorcista se repiten durante toda la película –aunque el director prefiere El exorcismo de Emily Rose (2005)como modelo de thriller teológico–. La combinación de cine judicial con una historia real de exorcismos –basada en el caso de la alemana Anneliese Michel– de Scott Derrickson, tiene menos que ver sin embargo con la película de Hafstrom que el clásico de El exorcista.

Su cuidada fotografía tenebrista muestra desde el principio unas secuencias que recuerdan las perturbadoras imágenes que abren el film de Friedkin. Las pesadillas del joven Michael con su padre recuerdan los sueños del padre Karras (Jason Miller) en El Exorcista. La figura del padre es clave para entender la crisis de fe de estos personajes. El carácter bíblico del diablo como acusador, es puesto en evidencia en estas historias, apelando a los sentimientos de culpa de unos hombres, que viven atormentados por la forma cómo han tratado a sus padres. Los demonios les recriminan así sus faltas, sumiéndoles en un terrible mar de dudas.

Satanás es presentado en la profecía de Zacarías 3 como el adversario del sumo sacerdote Josué –que es el mismo nombre que Jesús en hebreo–. Su estrategia es acusarle a él y a su pueblo, siendo respondido por Dios mismo (v. 2). “El acusador de los hermanos” (Apocalipsis 12:10) actúa así contra el creyente noche y día, mostrándole su culpa, frente a Dios. El diablo hace así dudar al creyente de tres maneras. Primero, procura que esté siempre preocupado por su pecado. Hace así, en segundo lugar, que se depriman, sintiéndose miserables e inútiles. Y les hace dudar finalmente de su salvación, mostrándoles la ausencia de evidencias de su fe.

LA FE LIBERADORA

“Sólo puedes vencerlo, cuando crees”, le dice el padre Lucas al joven Michael. Sin embargo, lo único que hace el exorcista son rituales con crucifijos, estampas, agua bendita, velas, conjuraciones y rosarios. Nada de esto tiene poder contra el diablo, según la Escritura.Jesucristoy los apóstoles se enfrentan con demonios, pero no recurren a ninguna fórmula para dominarlos. El interés del exorcista en averiguar los nombres de los demonios –tanto en la versión católica de la película, como en la oración de guerra espiritual que encontramos en algunos círculos evangélicos– tiene más que ver con el pensamiento mágico que cree en el poder de la pronunciación de las palabras, que en la visión bíblica de la fe liberadora, que se basa en la Palabra de Dios.

La mera sugerencia de que un creyente puede ser poseído por los demonios, como vemos en la película, está contra la enseñanza bíblica, porque un cristiano está poseído por Dios (1 Corintios 6:19-20). Podemos ser atormentados y tentados, pero no poseídos.Cuando somos unidos a Cristo por medio de la fe, recibimos al Espíritu Santo dentro de nosotros. Ningún demonio puede poseernos, porque “somos de Dios, y les hemos vencido; porque mayor es el que está en nosotros, que él que está en el mundo” (1 Juan 4:4).

Cuando somos salvos por la obra de Cristo, somos librados de la potestad de las tinieblas (Colosenses 1:13-14). Somos atacados por el diablo, pero tenemos seguridad en Cristo (Romanos 8:37). El maligno no puede tocar a un hijo de Dios (1 Juan 5:18), porque no puede deshacer su obra. El Señor nos protege con su fidelidad (2 Tesalonicenses 3:3). Si quieres ser libre de toda amenaza espiritual, confía en la obra de Jesucristo, que da la victoria frente al mal. Ya que “despojando a los principados y las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:15). ¡No tengas miedo!, pero no por la fuerza de un ritual, sino por la obra de Cristo Jesús, que ha vencido en la cruz.

*Autores: José de Segovia Barrón

Fuente: © Protestante Digital 2011

miércoles, 30 de marzo de 2011

¿Quién va al infierno? Libro de religioso causa polémica en EEUU

Por Por TOM BREEN

Cuando Chad Holtz dejó de creer en el infierno, se quedó sin trabajo. El pastor de una iglesia rural de la denominación Metodismo Unido, en Carolina del Norte, escribió una nota en su página de Facebook respaldando el nuevo libro de Rob Bell, un pastor evangélico y detractor del criterio tradicional sobre el infierno como un lugar de eterno tormento para las almas condenadas. Dos días después Holtz fue despedido de la Capilla Marrow, en Henderson. "Creo que la justicia y el juicio final llegarán, pero no creo que ello signifique una eternidad de tormento", dijo Holtz. "Pero puedo entender por qué los feligreses de mi iglesia no están preparados para superar esa idea. Es algo con lo que sigo batallando".

El debate sobre el nuevo libro de Bell, "Love Wins" (El amor triunfa), se ha extendido por el mundo evangélico en la internet, en parte debido a un video colgado en YouTube. Bell, pastor de la Iglesia Bíblica de Mars Hill, en Grand Rapids, Michigan, y que cuenta con 10.000 afiliados, explica el propósito de su libro mientras en el video las manos de un artista mezcla pinturas al óleo y al pastel y las usa en un lienzo en blanco.

Narra que fue a una muestra cristiana de arte en la que una de las piezas contenía una cita de Mohandas Gandhi. Alguien había agregado una nota manuscrita: "La realidad: está en el infierno". "¿Gandhi está en el infierno? ¿Y alguien lo sabe con toda seguridad?" pregunta Bell en el video.

En el libro, Bell critica la creencia de que un grupo seleccionado de cristianos pasará la eternidad gozando de las delicias celestiales mientras que el resto del mundo será atormentado para siempre en el infierno. "Esto es algo equivocado y tóxico y a la postre altera el mensaje contagioso del amor de Jesús, paz, perdón y alegría que tanto necesita oír nuestro mundo", escribió en su libro. Sin embargo, para muchos cristianos tradicionales, el nuevo libro de Bell se parece a la antigua posición teológica del universalismo — una herejía para muchas iglesias, enseñanza según la cual todos sin distinción de creencias religiosas, a la postre serán salvados por la gracia de Dios — lo que engaño a muchas personas sobre la realidad de la fe cristiana. "Para un rabino del siglo I, al lugar que se va tras la muerte no era la incógnita más acuciante", dijo Bell a The Associated Press.

"El tema principal era cómo llegar a la presencia y la gracia de Dios ahora mismo, este día". Bell niega que sea un universalista, aunque sus creencias precisas no son fáciles de aclarar en lo concerniente a la suerte de las personas tras su muerte. Según él, el infierno es algo libremente elegido que existe ya en la Tierra, desde la guerra a las relaciones abusivas. El ardor con que algunos cristianos insisten en los tormentos del infierno, sostiene Bell, hace que muchos creyentes tengan un miedo innecesario a un Dios amantísimo, y repele a muchos cristianos potenciales que podrían sentir curiosidad por las enseñanzas de la fe.

"El tema central del cristianismo es que Dios es amor", agregó. Lo único en que todo el mundo está de acuerdo en este tema es que no se trata de un debate nuevo en el cristianismo. Se extiende a los primeros tiempos de la Iglesia, cuando los cristianos eran una secta perseguida en el Imperio Romano, y en el siglo III el teólogo Orígenes desarrolló una teoría que los detractores contemporáneos consideran que, según la misma, todos, incluso el demonio, serán a la postre salvados.

Los padres de la Iglesia condenaron a la postre las ideas atribuidas a Orígenes, que ha tenido una influencia duradera en la Iglesia católica, la ortodoxa y el protestantismo. Los miembros de la congregación se han molestado con los comentarios colgados en la internet sobre temas como el matrimonio homosexual y la mezcla de religión y patriotismo, según Holtz, y su comentario sobre el infierno fue seguramente la gota que rebasó el vaso. Holtz y su familia piensan regresar a Tenesí, donde tendrá un nuevo trabajo y quizá establezca una iglesia. "Mientras creamos que existe un punto de división en la eternidad, pensaremos en términos de nosotros y ellos", indicó. "Pero cuando se cree que Dios ha salvado a todo el mundo, uno está salvado. Hay que vivir en concordancia con ello".


Fuente: Por Por TOM BREEN/YAHOO NOTICIAS

---------------------------------------------------------------------------

NOTAS RELACIONADAS:

Cita célebre: ¿Qué es la gracia de Dios? "La gracia es el placer de Dios para magnificar el valor de Dios dando a los pecadores el derecho y el poder de deleitarse en Dios, sin ocultar la gloria de Dios." John Piper Preguntas de reflexión: ¿Cómo ves la gracia de Dios en tu vida? ¿Estás agradeciendo y alabando a Dios por esta maravillosa oportunidad de conocerle y deleitarte en Él? ¿Cómo puedes ayudar a otras personas a reconocer la gracia de Dios en sus vidas? Para compartir tus respuestas, favor de ir a este enlace.

---------------------------------------------------------------------------

Noticias alrededor del mundo: América Latina / La iglesia hoy Primera traducción de la Biblia al quichua cañar de Ecuador



Europa / Medicina / Tecnología Robots y neurorehabilitación


---------------------------------------------------------------------------

Respuestas para niños: ¿Cómo enseñar a los niños a decir la verdad? ¿Por qué mienten los niños?

¿Tienes un niño o niña en tu clase que miente? ¿Por qué lo hace? Puede haber varias razones. Primero, si es acusado de una acción que él o ella sabe producirá consecuencias negativas, va a mentir para evitar estas consecuencias. Si preguntas, “Jorge, ¿estás haciendo tu tarea?” es fácil para el niño mentir si no lo está haciendo. En segundo lugar, puede que tiene necesidad de sentirse importante. Podrá contar a sus compañeros que recibió miles de regalos en su cumpleaños, porque quiere sentirse importante. Tercero, si no le agrada un compañero de la clase, es posible que mienta para que el compañero salga mal. O puede mentir para decir lo que piensa que el maestro quiere oír. Continue leyendo...

lunes, 28 de marzo de 2011

Bartimeo: símbolo universal de marginación

Por. Juan Simarro Fernández, España “...Bartimeo, el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces...” Marcos 10:46-47. Texto completo en Marcos 10: 46-52.
Bartimeo se puede tomar como un símbolo universal. Todos nos podemos sentir reflejados en él, pobres y menos pobres. Nos encontramos dos personajes centrales: Jesús y Bartimeo. Jesús y el símbolo de los pobres de la tierra, de los marginados y excluidos por cualquier causa. Ese símbolo podría dar como resultado Jesús y tú mismo, aunque no seas pobre económicamente hablando; Jesús y yo mismo. Bartimeo reducido a símbolo, a icono que representa a todos los pobres de la tierra, a ese sobrante humano que a algunos les gustaría que desapareciera del planeta tierra, a los que sufren. Jesús y Bartimeo. Jesús y cualquier hombre sufriente de la historia pasada o de nuestro aquí y nuestro ahora. Jesús ante cualquiera de los empobrecidos de hoy.

El escenario es la gran ciudad de Jericó. Otro símbolo, otro icono de la gran ciudad. Iconos o símbolos que albergan mucha pobreza urbana, el Cuarto Mundo Urbano, la pobreza de las grandes ciudades, de los centros antiguos de las megaciudades. ¡Cuántos pobres! ¡Cuántos mendigos! ¡Cuántas personas en dificultad social, en exclusión, en pobreza severa en las grandes ciudades del mundo!Jesús salía de Jericó y arrastraba con él una gran multitud.

Hoy, que hemos olvidado los centros antiguos y, en general, los centros de las grandes ciudades como punto de misión urgente y preferente, nos encontramos con Jesús saliendo de Jericó y tras él una gran cantidad de urbanitas. Jesús debió causar impacto en la ciudad, en Jericó. La prueba era el aluvión de gente que le seguía en donde los discípulos eran sólo un puntito de arena en un aplaya.

¿Qué impacto causaría Jesús en la ciudad para que le siguiera tanta gente? ¿Qué esperanzas levantaría? La gente le seguía. Gente activa, interesada, que quería ver señales y milagros, oír algún mensaje de parte del Maestro, de Jesús. Gente llena de curiosidad y esperanza. No querían perderse el contemplar al Maestro, ver sus señales y prodigios, admirar su poder.

Hoy la iglesia y los creyentes también podrían causar impacto en las grandes urbes si se pusieran a realizar el milagro, el de la multiplicación de los panes y los peces... y otros milagros que Jesús puede hacer también hoy a través de los que le siguen. Sólo habría que hacer lo que hizo aquel niño que tenía los panes y los pececillos: ponerlos en las manos del Señor.

Ciudades llena de actividad, de bullicio, de estrés, de las diferentes dinámicas que emanan de la gran urbe. Muchos que participaban de la vida activamente, comercialmente, desde el punto de vista de los negocios, de los engaños, de las actividades que dan vida a la ciudad... Pero allí, justo a la salida, al igual que muchos otros estarían dentro de la ciudad, estaba el símbolo universal de la pobreza, el icono de los marginados del mundo, de los empobrecidos y privados de dignidad: Bartimeo.

Hay muchos que no participan de la vida de la ciudad, excluidos, lanzados a la marginación, pasivos... y aparentemente sin poder seguir al Maestro. Sentados o tirados al lado del camino, dependientes de otros, implorando caridad... mendigando. ¿Quién podría pensar que esa persona olvidada y excluida, Bartimeo, iba a ser un personaje central en la vida y enseñanza del Maestro, un personaje de una historia universalmente conocida?

Hoy muchos, en nuestras ciudades, son vidas rotas, sin ilusiones ni proyectos, evitados por la gente para que su conciencia no les reproche el no pararse movidos a misericordia, vidas truncadas... la antivida o infravida de la marginación, el no ser de la pobreza, el sin vivir de la exclusión, símbolos del abandono y de la soledad. Bartimeo tiene paralelismos claros con el hombre de hoy, independientemente de que mendiguen o no, de que sean ciegos o que vean. Símbolo o icono de los pobres del mundo, del escándalo de la pobreza.

El problema en el mundo es que no sólo los Bartimeos de nuestra historia están sentados en medio del sufrimiento, sino que muchos, la mayoría de los cristianos también están sentados a la otra orilla, la de la abundancia, la del disfrute de bienes... la del disfrute de la búsqueda de bienes espirituales... de forma insolidaria, sin salir, como Jesús, a las calles comunicando esperanza a los pobres y oprimidos del mundo.

No podemos ser auténticos discípulos de Jesús si nos falta un gesto de rebeldía positiva, de inconformismo... de esperanza activa que ponga en marcha nuestra fe que actúa a través del amor. Si Bartimeo pudo gritar y hacer que Jesús se parase, fue porque Jesús estaba allí en compromiso. Los pobres gritarían hoy llenos de esperanza si sus seguidores pudieran transmitir algo de la esperanza que transmitía Jesús con sus acciones y con sus palabras. Sin embargo, muchos caminan por el mundo resignados y se sientan al lado del camino, del abismo cuyo fondo van a tocar pronto. “No me suicido, porque soy un cobarde”, me decía un pobre urbano al que yo intentaba ayudar desde Misión Urbana.

El ciego pobre, Bartimeo, símbolo de la pobreza severa en nuestros ambientes del mundo hoy, pudo gritar. Pero, ¿por qué gritó? Porque oyó que pasaba Jesús. ¿Gritarían hoy los pobres del mundo si oyeran que por su lado pasaban unos cristianos? Algo nos falta para que el cristianismo sea hoy un halo de esperanza para los pobres del mundo, para que éstos estallen en un grito de esperanza.

Bartimeo gritó “oyendo que era Jesús”. Hoy deberían gritar igualmente cuando pasan los que dicen ser sus seguidores, los que pronuncian su nombre. Es necesario que hoy en las grandes ciudades del mundo y entre los pobres, resuene el nombre de Jesús, que sea gritado y proclamado... pero con coherencia. Que esta coherencia en el compromiso haga que los pobres del mundo nos lancen su grito de esperanza. Que usen lo que tengan para lanzar su grito. Bartimeo era ciego, pero podía oír y gritar. Pero somos los cristianos los que hemos de posibilitar ese grito con nuestro ejemplo de servicio, de búsqueda de justicia, de amor en acción.

La coherencia de Jesús, su ejemplo en el servicio y preocupación por los débiles, los desclasados, los pobres y los proscritos, hicieron emerger en Bartimeo un grito de esperanza, un grito desgarrador que hace decir a la Escritura: Y Jesús se paró. Los cristianos debemos posibilitar y potenciar ese grito, hacerlo nuestro. Eso sólo ocurrirá cuando el cristianismo sea vivido en compromiso, cumpliendo el mandato de projimidad que nos ha dejado Jesús, siendo movidos a misericordia como lo fue el buen samaritano.

Jesús consiguió con su ejemplo y enseñanza que un entumecido ciego, tirado al lado de camino, al pie del abismo de la infravida, se pusiera a gritar. Los cristianos lo deberían conseguir también. Sí. Con nuestra entrega, nuestro compromiso, nuestro compartir, nuestra lucha por la justicia, nuestra denuncia de la falsa e impía redistribución de bienes en el planeta tierra... con nuestro amor en acción. Con nuestra fe... si es que no está muerta. Autores: Juan Simarro Fernández Fuente: © Protestante Digital 2011

domingo, 27 de marzo de 2011

La corrupción de Crematorio, en TV

Por. José de Segovia Barrón; España*

La novela de Rafael Chirbes, Crematorio, ha sido llevada a la televisión por David Trueba.

Es una ambiciosa serie de Canal +que quiere imitar las prestigiosas series de HBO. La dirige el realizador de La noche de los girasoles –Jorge Sánchez Cabezudo– y la protagonizan Pepe Sancho, Juana Acosta y Alicia Borrachero. El libro, que fue Premio Nacional de la Crítica el año 2008, es tal vez la crónica más lúcida que se ha hecho de la generación del desencanto. Chirbes es uno de los escritores españoles más apreciados en países como Alemania –junto a Javier Marías–, pero todavía no es tan conocido en nuestro país a nivel popular como entre la crítica especializada. Las razones no son difíciles de imaginar, ya que su obra es una de los testimonios más demoledores de la sociedad española. Sus personajes pertenecen a menudo a la generación que luchó contra Franco, pero se acomodó al poder en la época socialista.

El autor valenciano se muestra inmisericorde con sus contemporáneos. Crematoriocomienza con la muerte de Matías Bertomeu, un hombre que buscó la revolución en los últimos años del franquismo, pero que durante la Transición traiciona todos sus ideales.Al momento repentino de su muerte, vive retirado en su pueblo natal, donde se ha reinventado como ecologista. En el crematorio está su hermano Rubén, un constructor sin escrúpulos, que soñó con ser arquitecto solidario, pero acabó destrozando el litoral valenciano, después de coquetear con el tráfico de drogas. Junto a ellos está la generación más jovende su hija Silvia, que piensa que es alguien de izquierdas, cuando vive a todo lujo, a costa de su padre. Le acompaña su marido Juan, un catedrático alcoholizado, que pretende escribir su gran obra, cuando “aspirar es fracasar”. Todosforman un terrible guiñol, tan fascinante como devastador…

UN POZO OSCURO Chirbes nos ofrece un panorama terrible, pero real como la vida misma. El dolor devuelve el reverso de la vida, mostrando cómo se levanta sobre oscuros cimientos. La corrupción es como la savia que recorre todo el cuerpo de una sociedad en la que la destrucción del paisaje es sólo un símbolo. Un mundo devastado y abandonado por Dios, en que las palabras y las ideas son sólo envoltorios, y el arte y la literatura no son más que juegos inanes. El escritor, nacido en Tabernes en 1949, vive en un remoto pueblo valenciano llamado Beniarbeig, lejos del mundillo cultural y sus farándulas. Crematorio fue recibido por la crítica como una obra maestra.“Una de las mejores de la literatura española”, dijo Ángel Basanta. Se ha convertido por ello en un autor de culto para una minoría de intelectuales, que ve su literatura como “necesaria en este tiempo de levedad, frivolidades y desmemoria”. Muchos admiran su valentía, aunque reconocen que su lectura es dolorosa. A juzgar por las entrevistas, parece que tampoco a él le ha resultado fácil escribirla: “Crematorio me ha llenado de dudas y me ha tenido en un pozo oscuro durante muchos meses”… Esto es realismo puro y duro. Aquí no hay ligeras historias de amor, códigos perdidos o aventuras imposibles. Estamos ante un fuego voraz que lo quema todo, desvelando unas vidas destruidas hasta las cenizas.

¿AJUSTE DE CUENTAS? Crematorio revela unos personajes prostituidos, malvados y cobardes, que forman el paisaje moral de una generación desencantada.“Todo es impostura hoy”. Ni el autor se libra de la quema. Su libro le “devolvía una imagen tan desoladora”, que se preguntaba “si no era inmoral” publicarlo. Aunque “quería contar el estado del alma humana, la mía, la nuestra, en un mundo así”… Aunque la obrase abre y se cierra con una cita de El Conde de Montecristo –“Lo más bello y grande que puede hacer un hombre es recompensar y castigar”–, no se trata de un simple ajuste de cuentas. Más bien se trata de “un intento de inmersión en lo que me rodea y en mi mismo”.

Lo que el autor quiere es “salir de esa maraña engañosa que permite creerse a mucha gente que todo es culpa de otros –la terrible derecha–, esa corrupción, la subnormalización o infantilización (con perdón para los niños) de un país en el que si pones la radio el domingo por la tarde sólo puedes oír fútbol”… Sus más duras críticas son sin embargo con los políticos. Chirbes los ve como una “gente muy satisfecha”, encantada de conocerse a sí misma...“Se homenajean unos a otros: cómo conseguimos parar el golpe de estado, cómo implantamos la democracia, cómo hemos modernizado este país”...

El autor de Crematorio no es mucho más misericorde con movimientos como los ecologistas. Por eso es tal vez tan popular en Alemania, donde los Verdes parecen haber tocado fondo en una dinámica de corrupción y continuas componendas con el poder establecido… ¿Quién se libra aquí de la quema?

A LA DERIVA El autor es implacable hasta consigo mismo. “Escribo contra mí mismo y sobre mí mismo”, dice Chirbes: “Yo no tengo muchos ánimos, casi ninguna esperanza”. Como su personaje –el escritor fracasado Brouard–, “se cansa del esfuerzo que hay que hacer para encontrarle sentido a todo esto que no lo tiene y va a la deriva”. Con él “comparte ese confuso sentimiento de saber que nunca habíamos tenido tanto de todo y que, sin embargo, nunca habíamos pensado que la muerte iba a pillarnos solos”…

La obra de este autor valenciano es mucho más que una crónica sentimental de una generación que pudo cambiar la Historia, pero ahora se enfrenta a la soledad del Crematorio.Ya que a la muerte todos nos enfrentamos solos. Sólo que pocos se atreven a hacer examen de su propia vida como Chirbes, por temor a enfrentarse a sus fracasos. Él tiene la “sensación de que resulta imposible librarse del pecado original que a todos nos consume”… No es extraño. La Bibliadice que el problema alcanza a todo hombre. Ya que “la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”(Romanos5:12). La buena noticia es que, aunque por esa maldad reina la muerte, “así también la gracia reina por la justicia”de “uno solo, Jesucristo”, para “vida eterna”(v. 21).Fuera de Él, ¡no tenemos esperanza!

Autores: José de Segovia Barrón

Fuente: © Protestante Digital 2011

sábado, 26 de marzo de 2011

La fe de Robert Redford

«No creo en los políticos ni en instituciones ni en la industria del cine»
Esto es lo que afirmaba el conocido actor Robert Redford en una entrevista. Y seguía: “Sólo en la naturaleza. Y en el que la diseñó, quien fuera que fuese"Quizás muchos estaríamos de acuerdo con la primera frase.
Cuando hablamos de "creer" y "confiar", la mayoría de instituciones, políticos, artistas, etc. no parecen ser los que más credibilidad nos inspiran.
Mucha gente se siente decepcionada: confiaron en alguien y ese alguien les defraudó. No importa a veces quién sea, incluso si es uno de nuestros mejores amigos, parece que si se trata de confiar, las personas no hemos ganado mucho en cuanto a fidelidad.
Todos fallamos, y todos nos sentimos defraudados.
Sólo hay alguien que jamás nos decepciona y es Dios mismo. Si vivimos sin confiar en Él, perdemos el único "ancla firme" que tiene nuestra vida. Si le damos la espalda a quién más nos ama, jamás tendremos paz en nuestro corazón. Algunos no se "atreven" a ser tan directos, y prefieren creer en la naturaleza y en quien la diseñó. Claro, a todos nos encanta la vida, lo que vemos, lo que disfrutamos.
Todos vivimos admirando el color, la fragancia, los sonidos, los abrazos, la amistad, el cariño... Y cuando no queremos poner "nombre" a nuestro Creador, llegamos a decir que sea quien sea que lo haya hecho tiene que ser admirable.
Mucha gente vive pensando y diciendo "ya tendré tiempo para las cosas de Dios más adelante". Saben que Él está ahí, pero el desafío a creer es demasiado grande para ellos. Cuando llegan los últimos momentos de la vida, todos quisieran volver atrás para vivir de una manera diferente. Volver a tener fuerzas para creer. Volver al pasado para decidir disfrutar más, amar más, vivir de otra manera.
Todo en la vida depende de aquello en lo que creemos. Si confiamos en otras personas, instituciones, credos, relaciones o incluso verdades científicas, tarde o temprano vamos a sentirnos decepcionados. Todas esas cosas no son malas, pero el problema es que no son perfectas. Nuestro corazón necesita a alguien absolutamente perfecto para confiarle su existencia.Alguien como el Señor Jesús. Alguien que no nos decepciona nunca. Alguien que creó todo lo que vemos con la punta de sus dedos. Alguien en quien podemos creer y confiar. Para siempre.

Autores: Jaime Fernández Garrido

Fuente: © Protestante Digital 2011

------------------------------------------------------------------------------

viernes, 25 de marzo de 2011

¿QUE ES SER DECANO EN UNA FACULTAD DE TEOLOGIA?

Por. Luis Eduardo Cantero*, Argentina
Los Teólogos y biblistas están más preocupados en otras cosas, que ocuparse del arte de ser administrativos de una institución, como es la formación de profesionales biblistas, teólogos (as) y pastorales. Pues, creen que ejercer un puesto de decano, rector u otro, es como ejercer un pastorado en una iglesia. Si alguna vez han sido pastores o han realizado un ministerio específico (…). No es lo mismo ejercer una función pastoral en una Iglesia a una Institución de educación teológica universitaria. Allí surgen los malos entendidos, las incomprensiones con el personal a cargo, entre otros. Esto repercute en toda la comunidad educativa de una institución: conflictos personales, etc.
Siempre me he preguntado ¿Qué es ser decano? (1), no solo por el hecho de haberme formado como administrador de los recursos eclesiásticos en la Universidad Nazarena de las Américas, San José, Costa Rica. Sino por el hecho de ser decano Ad – honorem (2) de una Facultad de Teología del Seminario Teológico Misionero Tiranno; es decir, hablo desde mi experiencia, porque allí puse a considerar la teoría aprendida en la universidad; no solo allí, sino que ya había tenido una experiencia previa como vicedecano del departamento de investigación de la Universidad Antonio Nariño, Medellín, Colombia. Allí trabajé junto a un grupo de diferentes especialistas que me fueron moldeando mi espectro y terminaron abriendo las expectativas de inclusión de la metodología de la investigación a las ciencias teológicas. Me permitió regentar las cátedras de Metodología de la investigación, metodología de trabajos escritos, metodología de la educación abierta y a distancia, que luego me llevó a estudiar un posgrado en Diseños ambientes de aprendizaje. Le he sacado partido a las experiencias, que me ha tocado vivir.
Ahora bien, volviendo a la pregunta inicial de este ensayo, a la cual quisiera responder, pero lo dejo abierto para que otros decanos continúen respondiendo a esta pregunta sobre el ser decano de una Facultad Eclesiástica u otra. ¿Para qué le sirve a un profesional de esta ciencia conocer sobre el arte de ser decano? ¿Es necesario formarse o conocer sobre las funciones administrativas? Sobre estas preguntas se basa mi presente ensayo, pregunta que solo responderé en todo mi ensayo a la primera, las otras se deduce del armazón del ensayo.
Mi experiencia en el SETEMI (3), me permitido ganar experiencia como administrador docente, que es distinto a un administrador financiero. Hablo de mi experiencia como administrador docente, que implica no solo vigilar por el buen funcionamiento del programa, sino de atender a las inquietudes y dificultades que surgen de los diferentes agentes que interactúan dentro de la comunidad del Seminario, incluyendo los programas de extensión y a distancia. Es un trabajo arduo, que sino estamos preparados en este campo terminamos frustrados y esgrimiendo la “administración docente una forma de traición”. Eso depende del lado que se le mire a la administración. Este trabajo, que algunos llaman ingrato o traicionero, para mi ha sido una experiencia agradable, educadora y gratificante, pues me ha permitido ganar mas experiencia, a pulir la teoría aprendida en mi carrera administrativa. Además, me ha ayudado a mejorar mis relaciones humanas, de dejar de ser un dogmatico a un ser más empático, que trato de comprender el problema del Otro, como si estuviera dentro de su pellejo. Ha sentir el dolor del que ha caído, del que te ha ofendido, lastimado, etc. Abrazarlo y perdonarlo con el amor de Cristo.
El ser decano de una Facultad, nuestro caso teológica “debe familiarizarse con el espectro completo de aprendizaje “no profesional”, discúlpeme el agregado entre comillas, pues el docente de Teología o de Biblia, aunque sea un profesional calificado, su accionar demuestra lo contrario de su formación. Pues confunde lo ético de lo moral, lo académico con lo espiritual, lo doctrinario de la doctrina, en fin. Es un profesional confundido en mil cosas, desde lo antropológico hasta lo epistemológico de la teología que enseña. Hay que ser empático y tratar de bajarse al nivel de los docentes que viven esta problemática; por ende soy docente universitario, graduado de la Universidad Minuto de Dios, conocer las ciencias pedagógicas ha sido útil para mi formación teológica, que seria útil para aquellos teólogos y biblistas, que nunca han sido formado en ciencias de la educación, enseñan las cosas a martillazos, pues no se le puede exigir a un docente de nuestra disciplina teológica, algo que él no conoce o no le ha interesado aprender, por no decir testarudo (Terco).
Muchos profesores de seminario, universidad teológica e institutos bíblicos, creen que por haber cursado una, dos o tres materias en ciencias de la educación ya se creen un experto en la enseñanza y el aprendizaje. Pero, no es así, tampoco un teólogo se hace experto en las ciencias filosóficas por haber cursado dos o tres asignaturas de esta disciplina. No es así, se necesita dedicar tiempo a un estudio de dos o tres años a una determinada ciencia para ser experto. Allí surge mi necesidad de seguir aprendiendo, tuve que bancarme, no solo dos años de estudios, sino también los años 20 años de enseñar en secundaria, seminarios y universidad, para aprender el arte del proceso de enseñanza – aprendizaje, la filosofía…
Por eso, creo los encuentros con los docentes han sido apasionados por no decir otra cosa; ya que ese docente hace parte de nuestro Seminario, donde junto servimos. Nuestros encuentros con los docentes y los alumnos no son ocasionales o casuales sino que deben ser encuentros causales, como sugiere Dr. Henry Rosovsky, (Decano de la Facultad de Artes y Ciencias de La Universidad de Harvard, (durante los años 1973). Porque el decano debe comprender cálida y compasivamente las cosas que no solo animan a los docentes, sino también sus desaciertos al abordar el proceso de enseñanza – aprendizaje de la disciplina de su especialidad.
Ahora bien, el conocimiento del decano no lo puede llevar a niveles de superioridad, que lo lleve a ejercer el juego de poder, sino de igualdad, no obstante es una experiencia enriquecedora de ambas partes. (p. 236). Pues, el decano es una persona que conoce más al personal docente que ninguna otra persona. De la misma, manera conoce a los estudiantes, el personal administrativo, a los de mantenimiento y a la comunidad seminarista. Ningún docente común puede tener tan amplio círculo de amigos y pocos tendrán la oportunidad de hacer enemigos, asegura Rosovky. Añade: “Aunque los decanos no siempre se encuentran con individuos en las circunstancias más propicia, hay demasiados conflictos y desacuerdos. Todavía considero que la variedad de posibles amistades es una de las más grandes recompensas de ser decano. (Ibíd.)”
Dejar la idea volando que ser decano es solo una experiencia positiva seria un error. Como “cabeza” administrativa de la Facultad de Teología, aunque ad – honoren, del SETEMI o de cualquier Universidad, se corre riesgos, se pone en juego la calidad profesional de un docente que ha asumido a este nivel. Se enfrenta a una serie de dificultades que no están relacionadas con su profesión o área académica, en nuestro caso Teología u otras ciencias eclesiásticas. Los decanos de nuestros seminarios teológicos, bíblicos o pastoral, son teólogos y pastores, algunos de profesión otros por ocasión. Ellos no pierden el contacto con su publico; en mi experiencia, ser decano de Teología, es un ser que sigue siendo un teólogo pastoral, pues el pastor no tiene un horario oficinista para su publico que lo rodea. (Si lo tiene entonces es un asalariado…). Por eso, “tanto los profesores como los estudiantes tienen tiempo a su disposición sin interrupciones: tiempo para leer, escribir, pensar, soñar y también para aprender a perder. Pues, todo el que esta a cargo de algo, dice Rosovky, tendrán muchos amigos y enemigos.”
Finalmente, gerenciar una institución teológica universitaria o eclesiástica de envergadura no implica moverse más allá de los estándares dados a la Teología u otra ciencias eclesiásticas por los sponsor y denominación eclesial de la misma y dialogar con las otras ciencias del saber humano, que nos ayudarán a mejorar o empobrecer la disciplina de esa Institución Teológica. Eso implica luchar por la gran erudición vs a la espiritualidad no razonada. La honestidad y la sinceridad, que son valores que han sido olvidado por el docente de hoy; eso es uno de los factores que en la teología de hoy no hayan surgidos otros u otras como: José Miguez Bonino, Gustavo Gutiérrez, Samuel Escobar, Emilio Nuñez, René Padilla, Canclini, Elsa Tamez, Diana Rocco Tedesco, Nancy Bedford. Hoy se perfilan algunos, pero todavía están en un proceso de gestación y madurez. Pero, en la época de estos grosos era una novedad, había un deseo por aprender a reflexionar y hacer teología desde el lugar de la persona que hacia teología…
Ser decano no solo es ejercer el área administrativa, es propiciar estos ambientes de reflexión para desarrollar semilleros de investigadores, que permitan surgir una fuente de pensadores para el presente y hacia el futuro. Otro aspecto importante, no solo para ser decano, sino para todo puesto dentro de la Facultad de Teología, en especial la docencia y los puestos directivos administrativos es la experiencia. Muchos colegas y consiervos rechazan este valor de la experiencia como preparación para ser docente u ocupar un puesto directivo o administrativo de una Facultad de Teología u otra ciencia. Pues, se requiere del aspirante haber tenido una experiencia previa, de no menos de 5 años, en nuestro caso, que el docente teológico o directivo haya ejercido el ministerio pastoral en alguna iglesia o ministerio especifico. Pues, en la experiencia se pone en tela de juicio el conocimiento aprendido en la Teología, pues nuestra primera misión a lo que fuimos llamados a ser pastor.
Esta experiencia previas es enriquecedora, pues es una experiencia de doble vía aprendemos a conocer a los amigos y los enemigos; sobre todo aprendemos a sobrellevar los problemas, que son herramienta necesaria para ocupar no solo un puesto docente, sino también a ejercer un cuerpo directivo administrativo. “Cuando mas alto es el cargo, debería ver mas preparación, ha sido lo contrario menos atención se presta a las cualidades ejecutivas demostradas.” Pues, estas personas ingenuas piensan que no se requiere experiencia previa.” (p. 239). El éxito de un Seminario Teológico, Universidad u otra institución terciaria esta en tener en cuenta la experiencia previa. El actual rector del Instituto Universitario ISEDET asumió el cargo después de un periodo de 4 años o más de ser Decano y mismo periodo de director de Biblioteca de la misma institución. A eso se añade los años de experiencia pastoral, docente, investigativas y producciones. El éxito de esta institución universitaria se debe que ha tenido en cuenta este valor de la experiencia previa de su personal. Esto marca la diferencia de otras instituciones dogmaticas terciarias.
Por eso, el éxito de un seminario teológico es tener en cuenta la experiencia, como valor primordial. Si su interés es una educación honesta, sincera y cumplir los standares académicos universitarios, la enseñanza y la investigación. Pero, si su interés es burocrático, lucrativo y neoliberal, aglutinar dinero expandiendo por doquier en virtud de mano de obra barata no tiene en cuenta los standeres superiores, la teoría y la experiencia. O su interés es netamente más allá del plano existencial o real: lo espiritual “crecer” en la fe, pero no el conocimiento científico razonado. Pues viven bajo la sombra de la “letra mata más el espíritu vivifica”. Esta teoría se ha generalizado, casi en todas las denominaciones evangélicas clásicas y renovadas. Sus seminarios teológicos terciarios oficiales y no oficiales han modificado los standares de la educación teológica universitaria por nuevos paradigmas espirituales como la guerra espiritual, el apostolado, los profetas, profecías, sanidad económicas, que sé yo. Han dejado de lado, la honestidad y la sinceridad del estudio profundo, razonados, etc. Han ido perdiendo la brújula de la razón de ser seminario…
Los seminarios teológicos denominacionales e interdenominacionales, como su nombre lo indica eran semilleros de reflexión académica y por ende de una fe unida a la razón que son parte del ser humano. Seminarios que después dieron paso a las universidades, pues era tan riguroso el estudio, por la seriedad para la enseñanza y aprendizaje de la teología y la filosofía, hoy son los pocos seminarios universitarios y no oficiales que quedan en este principio. Algunos para mencionar el Instituto Universitario ISEDET, UBL, SETECA, UENIC, FUSTBI, FUSBC.(4) Otros, en cambio, que fueron un referente denominacional defensores de la sana doctrina del evangelio se han convertido en caldo de cultivo para el desastre, como le sucedió a un famoso programa doctoral latinoamericano, que captó a gente ingenua, por el deseo de doctorarse en instituciones de garaje, que ofrecen Licenciaturas, maestrías y doctorados en Teología u otro, ofrecían becas a estos ingenuos a otros le tocó pagar mucho dinero…
Estas instituciones de garaje se aprovechan de la buena fe, mejor dicho de la ingenuidad de los débiles, pues ellos con la necesidad de ser doctores, aunque no sabe que implica ser doctor y lo que exige llevar ese nombre. A ellos, no les importa aprender teología seria y hacer teología, tampoco ser investigadores calificados (Doctor). No tienen en su plana docente genios o investigadores de categoría, como si lo tienen las universidades teológicas de renombre de América latina, para la muestra un botón: el Instituto Universitario ISEDET, Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL), Seminario Teológico Centroamericano (SETECA).
Por lo anterior, ser decano implica ser cuidadoso de los programas que ofrece una Facultad, por ende una universidad o seminario teológico, no se puede descuidar la seriedad, la honestidad, el rigor académico de los programas que se ofrecen, como del personal con que se cuenta, no podemos contratar mano de obra barata para salvar la crisis financiera de una institución, no se puede poner en riesgo la calidad de la preparación de los futuros profesionales de Teología, Filosofías o Ciencias Bíblicas o pastorales, por tener docentes mamarrachos que no producen. Pues corremos el riesgo de generar un colapso en el sistema de la vida religiosa de una Iglesia, colegios, institutos bíblicos u otro. No se puede descuidar los standares universitarios, la doctrina por lo doctrinarios. Lo excesivo espiritual, hay que buscar el punto de equilibrio en el sistema de formación de una institución superior teológica.
Lo anterior me llevó a cuestionarme ¿a qué misión Dios nos llamó como docente y directivo? ¿Para que buscamos oficializar nuestras instituciones teológicas, si en la práctica invalidamos o dejamos mal parado tal institución universitaria o seminario? Como sucede a muchos profesores de x seminarios que se unen a grupos de Bioética, DDHH, sin tener una formación académica seria para hacer parte de esas instituciones, dejemos la desprolijidad, volvamos a recuperar lo que fue la Argentina en producciones teológicas seria en la mitad del siglo pasado, en el caso de nuestra denominación bautista. Donde están los pensadores serios, después de Arnoldo Canclini, Alfredo Salibian, Tinao. Hagamos memoria, hemos dejado de lado todo esto para caer en la tercera ola pronunciada por Peter Wagner. ¿Dónde están los semilleros de pensadores? Solo veo una ola enardecida tratando de levantar fumarola: Guerreros espirituales, profetas, apóstoles, en fin. ¿Qué pensará los demás profesionales con nuestra profesión?


*Luis Eduardo Cantero es Teólogo y Filósofo, pastor, Profesor del Seminario Teológico Misionero Tiranno, San Justo Bs. As. Y es doctorando en Historia de la Iglesia en el Instituto Universitario ISEDET. www.luiseduardocantero.es.tl

_________
(1) La reciente publicación de un libro titulado La Universidad de Henry Rosovsky que se refiere al trabajo del autor en la Universidad de Harvard, nos brinda su experiencia como decano y nos invita adentrarnos en su quehacer. Cosa que me llevó a relacionar con mi trabajo de docente administrativo de una Facultad de Teología, gran parte de sus ideas están incluida en este ensayo, por supuesto adaptada a nuestro quehacer teológico pedagógico y administrativo.
(2) Sin salario, pues el Seminario tiene muchas dificultades económicas para ofrecer un salario al equipo directivo.
(3) SETEMI, Seminario Teológico Misionero Tiranno de San Justo, Bs As. Argentina.
(4) Las siglas significan: UBL: Universidad Bíblica Latinoamericana de San José, Costa Rica. SETECA, Seminario Teológico Centroamericano, Guatemala. UENIC, Universidad Evangélica Nicaragüense Martin Luther King, Managua, Nicaragua. FUSTBI, Fundación Universitaria Seminario Teológico Bautista de Cali, Colombia. FUSBC, Fundación Universitaria Seminario Bíblico de Colombia, Medellín, Colombia.



Fuente: Pubicado en la Revista sobre Artes y Literatura latinoamericana, Caña Santa, Toronto, Canadá, martes, 01 de marzo de 2011: http://www.canasanta.com/el-dossier/que-es-ser-decano-en-una-facultad-de-teologia-0000001.html

jueves, 24 de marzo de 2011

Día de la memoria por la verdad y la justicia

Por. Rene Padilla, Argentina.

De los muchos lugares que he visitado en mis múltiples viajes, muy pocos han quedado grabados tan profundamente en mi memoria como el Museo Casa del Terror de la ciudad de Budapest, un museo que invita a la reflexión sobre lo que sucedió en Hungría durante la dictadura nazi de 1944-1945 y las subsiguientes cuatro décadas de ocupación soviética.
La Casa del Terror está ubicada en el inmenso edificio que se utilizó como prisión y sede de la fuerza policial terrorista durante los regímenes nazi y soviético. El museo está diseñado para hacer posible que el visitante no sólo reciba información histórica sino que también escuche grabaciones de testimonios de experiencias personales de víctimas de esos regímenes. Las tristes experiencias incluyen la deportación, por parte de los nazis, de miles de judíos húngaros al campo de concentración de Auschwitz, donde perecieron casi todos ellos; la deportación, bajo el régimen soviético, de miles de judíos a la Unión Soviética, y la de miles de judíos de origen alemán a Alemania; los “internamientos” que se llevaban a cabo durante la ocupación soviética, en que las nuevas autoridades húngaras disponían la vigilancia y eventualmente el arresto de ciudadanos bajo sospecha de resistencia al régimen; los campos de concentración donde los prisioneros eran sometidos a labores forzadas; la dura campaña comunista contra los campesinos húngaros que se resistían a la colectivización de la tierra.
En enero de 1945, la Unión Soviética estableció en uno de los ambientes del edificio la “Antesala de la policía política húngara” con el propósito de interrogar a los prisioneros de guerra. Posteriormente se le cambió el nombre, pero se mantuvieron los métodos, incluyendo la tortura. El lugar estaba al servicio del Partido Comunista y se hizo famoso por la crueldad desplegada para reprimir a los enemigos del régimen comunista.
Ninguna persona sensible puede visitar la Casa del Terror de Budapest y mantenerse indiferente frente al terror a que un grupo de gente poderosa, dominada por una ideología totalitaria, puede someter a toda una nación. La remembranza de las atrocidades cometidas por la dictadura nazi y la comunista no sólo tiene un valor histórico: es un medio de advertir a los húngaros y a ciudadanos de todo el mundo contra los peligros del totalitarismo. Más aún, es una manera efectiva de usar la memoria para sanar heridas y sembrar esperanza, especialmente cuando se toma en cuenta que los culpables del genocidio fueron juzgados y condenados y la terrible pesadilla pasó a la historia.
Ni en la Argentina ni en ningún otro país de América Latina existe nada parecido a la Casa del Terror. Tristemente, sobran razones para que haya no sólo una sino varias: el terrorismo de Estado forma parte constitutiva de la historia de nuestros países. En nuestra región, sin embargo, la Casa del Terror que necesitamos no es la relacionada con dictaduras basadas en la ideología nazi o comunista y apoyadas por Alemania o la Unión Soviética respectivamente. La Casa del Terror que requerimos es la vinculada a dictaduras igualmente violadoras de los derechos humanos como aquéllas, pero basadas en la ideología neo-liberal y apoyadas por los Estados Unidos de América.
A falta de un museo como el de Budapest, el Día de la Memoria, que por decreto presidencial se celebra en la Argentina el 24 de marzo, es una elocuente afirmación que el abuso del poder, la violación de los derechos humanos y los crímenes de lesa humanidad cometidos por gobiernos totalitarios pertenecen al pasado y tienen que ser superados; que la última palabra tanto en la vida personal como en la pública la tienen la Verdad y la Justicia, que emanan de Dios y buscan colaboradores en el plano humano. Como dice Hannah Arendt, bajo el terror, la mayoría de la gente se da por vencida, pero unos pocos no, y desde un punto de vista humano, no se requiere nada más ni se puede esperar nada más para que este planeta siga habitado por seres humanos.


Fuente: Blog de René Padilla, Fundación Kairos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

La Aurora

Aurora era la diosa romana del amanecer. Cada mañana sobrevolaba el cielo anunciando la llegada del sol y de un nuevo día. Boreas era el dios del viento del norte y era representado como un hombre violento, de temperamento fuerte que tenía serpientes en lugar de pies y era el encargado de traer el invierno.
La Aurora Borealis recibe el nombre de la unión de estos dos dioses, la llegada del viento solar al campo magnético de la tierra en la cercanía del polo norte. Un complicado fenómeno físico que se produce en la ionosfera y que es el producto de la colisión de protones y electrones con los átomos de oxígeno y nitrógeno. Esa reacción física produce una liberación de energía en forma de luz verde o rojiza si predomina el oxígeno o de color azul o rojo intenso si lo es de nitrógeno.
Como suele suceder, la explicación científica es menos espectacular que el fenómeno en sí mismo. La mejor demostración de una Aurora es poder presenciarla en directo y si no es posible, al menos en video. El que acompaña esta nota fue producido por Terje Sorgjerd , un fotógrafo noruego que durante una semana fotografió una de las mayores auroras boreales de los últimos años. Armado con su cámara y soportando temperaturas de 25 grados bajo cero, este es el resultado de su trabajo.



The Aurora from Terje Sorgjerd on Vimeo.

Fuentes: Wikipedia, Vimeo

Los cuatro principios básicos para hacer la paz

Por. Roger Oliver
Respuestas para la resolución de conflictos: Cuatro principios básicos para hacer la paz

Un piloto me comentó que el volar es pasar horas aburridas interrumpidas por momentos de terror espantoso. El momento de crisis en el aire no es el tiempo para tener que pensar en la ciencia de la ingeniería aeronáutica. Mejor tener unos procedimientos de emergencia bien dominados para facilitar la toma de decisiones al instante en caso de una emergencia. Así es con el conflicto. La Biblia está llena de consejos de cómo manejar el conflicto, pero en el momento del choque es muy difícil recordar lo que debemos hacer. Además, los consejos bíblicos parecen ser conflictivos. Proverbios 19:11 dice, “El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa.” Pero Lucas 17:3 ofrece lo que parece lo contrario, “Si tu hermano peca, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo.” ¿Qué debemos hacer? ¿Pasarlo por alto o reprenderlo? Como los pilotos, necesitamos unos procedimientos de emergencia para manejar bien el conflicto.
Nos
conviene una teología sistemática del conflicto que organiza lo que la Biblia enseña sobre el tema. Es precisamente lo que ofrece el libro, El Pacificador.1 Organiza todo lo que la Biblia ofrece sobre el conflicto y el hacer la paz en cuatro puntos:
1. Glorifica a Dios
2. Saca la viga de tu ojo
3. Restáurale gentilmente
4. Ve y reconcíliate
La secuencia de los cuatro principios es importante. Antes de hablar con la persona que nos ofendió, tenemos que ocuparnos con el glorificar a Dios en este conflicto y el sacar la viga de nuestro propio ojo. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. (Romanos 12:18)
Recientemente mi hijo me llamó pidiéndome un consejo en cuanto al manejo de conflicto. Quise decir, “Quiero ayudarte hijo pero estoy muy ocupado escribiendo un estudio sobre cómo manejar el conflicto bíblicamente.” ¡Que irónico! Gracias a Dios, me acordé de los cuatro principios bíblicos de la pacificación: 1. Glorifica a Dios, 2. Saca
la viga de tu propio ojo, 3. Restáurale gentilmente, y 4. Ve y reconcíliate. Empezamos con el primer paso,
Glorificar a Dios.
¿Cómo glorificar a Dios en un conflicto? Obedecerlo, confiar en él, imitarle y agradecerle. Obedecer por ejemplo significa hablar, ir y reconciliarnos (Mateo 18:15 y Mateo 5:23, 24). Dijo Jesús, Si me amáis, guardad mi mandamientos. (Juan 14:15) Confiar en Dios: “Y si la otra persona no responde como debe, ¿qué?” Todavía no he encontrado nada en la Biblia que dice que no tengo que obedecer sin una garantía de una respuesta que me agrada. ¿Es Dios soberano? ¿Es Dios bueno? ¿Este conflicto le tomó a Dios por sorpresa? ¿Creo que Romanos 8:28, 29
aplica?
Imitar: Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. El conflicto es una oportunidad de imitar a Jesús, haciendo bien a los que nos aborrecen, bendiciendo a los que nos maldicen y orando por los que nos calumnian. (Lucas 6:27, 28) Jesús siempre hablaba la verdad en amor preocupándose por el bien de todos.
Agradecerle: Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. (1 Tesalonicenses 5:18).
En un conflicto, si nos acordamos de que nuestra responsabilidad es obedecer y la responsabilidad de Dios es cambiar corazones, podemos recuperar el control de nuestras actitudes y acciones para no desmayar en hacer el bien y así glorificar a Dios. Continue leyendo...
-----------------------------------------------------------------------
Noticias alrededor del mundo

Norteamérica / Sociedad y Cultura:
Ateos de EU piden que los donativos a Japón no se hagan a través de grupos religiosos
Medio Oriente / Historia / Arqueología:
Encuentran en Israel iglesia que data de 1500 años
África / Política:
Los rebeldes libios se estrellan en Ajdabiya
Asia / Salud:
¿Qué efectos en la salud podrá tener la catástrofe nuclear nipona?
Latinoamérica / La iglesia hoy:
Evangélicos crecen en número, jóvenes y vocaciones pastorales
Europa / Tecnología:
A la venta mayordomos robóticos

----------------------------------------------------------------------
Cita célebre:
El carácter y la reputación

El carácter es la única cosa que hacemos en este mundo que llevamos con nosotros al siguiente. La verdad que crees determina tu carácter.
La reputación es lo que se supone que eres; El carácter es lo que realmente eres.
La reputación es lo que tienes cuando llegas a una nueva comunidad; El carácter es lo que tienes cuando te vas.
La reputación se hace en un momento; El carácter se construye en la vida.
La reputación es lo que los hombres dicen de ti en tu tumba; El carácter es lo que dicen de ti los ángeles ante el trono de Dios.
Tu carácter es lo que Dios sabe que eres. Tu reputación es lo que los hombres piensan que eres.
William Hershey Davis
Preguntas de reflexión: ¿Cómo puedes trabajar en la formación de tu carácter de tal manera que agrades a Dios? ¿En qué forma ayudas a tus hijos en la formación de su carácter? Para compartir su respuesta favor de ir a este ENLACE.

Visita la páginas web: www.ObreroFiel.com

martes, 22 de marzo de 2011

Lo humano en las Bienaventuranzas

Por. Juan Simarro Fernández, España*

Viendo la multitud subió al monte; y sentándose vinieron a él sus discípulos, y abriendo su boca les enseñaba diciendo: Bienaventurados…”. Mateo 5: 1-3.
Las Bienaventuranzas, esta parte esencial del Sermón del Monte, no se preocupan especialmente de una espiritualidad desencarnada, no son consejos para que las personas sean más piadosas, no intentan el cultivo del espíritu pensando en el más allá.
Las Bienaventuranzas están llenas de humanidad encarnada. Tanta humanidad que no pueden pasar de largo de los problemas de los pobres, de los tristes, de los hambrientos e injustamente tratados. Se configuran, así, como una respuesta de misericordia y como promesas de felicidad para aquellos que están hundidos en el no ser de la pobreza y el sufrimiento humano. Tienen la urgencia de aquel, que siendo experto en sufrimiento como lo era Jesús, tiene que lanzar un grito de emergencia como respuesta al sufrimiento y a la insolidaridad humana que hunde a tantos en la infravida de la pobreza y del desconsuelo.
Mientras los demás maestros religiosos incidían en una ética de cumplimiento de rituales, de mandamientos humanos, de prescripciones y de una pureza piadosa basada en la estricta observancia de múltiples normas, Jesús, sorprendentemente para muchos de los integrados de aquella época, en las Bienaventuranzas les va a hablar de una forma diferente: les podía hablar de los pobres, tanto de los económicamente pobres como de aquellos que son pobres por su desconsuelo, por su llanto, por ser personas oprimidas o pertenecer al grupo de los hambrientos del mundo. Era una forma totalmente revolucionaria y novedosa de hablar.
Era una forma de hablar totalmente diferente de los líderes religiosos del momento. Mostraba un camino nuevo y distinto para los sufrientes del mundo, para los proscritos y privados de dignidad. Era como una corriente de aire fresco para los pobres de la tierra que eran despreciados y rechazados por los religiosos del momento. Sus palabras eran como un rayo de luz en medio de las tinieblas de una religiosidad alejada de los planes de Dios para con los débiles del mundo. Eran una forma no violenta de liberación que se ha mostrado como muy difícil de seguir por aquellos que se declaran discípulos del Maestro experto en sufrimiento. Los cristianos de hoy necesitan hacer toda una inmersión en los valores del Sermón del Monte, de las Bienaventuranzas.
Las personas que les escuchaban, la mayoría de ellos gentes sencillas que se sentían atraídos por un mensaje que les llegaba como una gran novedad y que les abría nuevos caminos insospechados en aquellos ambientes religiosos, se quedarían gratamente sorprendidas, sería como si las ventanas del cielo se estuvieran abriendo para ellos por primera vez. Era un Evangelio misericordioso, que proclamaba una justicia también llena de misericordia para con los que sufren, para los despojados y oprimidos.
No sé si las personas que les escuchaban podrían ser conscientes de la revolución que implicaban las sentencias de Jesús en el terreno religioso. No sé cuántos de ellos podrían captar de forma consciente esa revolución que implicaban las Bienaventuranzas para los pobres y desconsolados del mundo, pero no cabe duda que el Reino de Jesús que irrumpía en nuestra historia era un Reino con valores liberadores dentro de la no violencia, a no ser que se pueda hablar de la violencia verbal que las palabras de Jesús causarían en los religiosos de la época. Esta parte esencial del Sermón del monte, era algo totalmente novedoso, algo que nosotros, muchas veces, en nuestras modorras espirituales insolidarias, no somos capaces de captar en un mundo insolidario en donde, desgraciadamente y de forma bastante amplia, esta insolidaridad afecta a los que se llaman seguidores del Maestro del Sermón del Monte.
No es que quiera hacer una crítica a la forma en que se vive el cristianismo hoy en la mayoría de las iglesias, sino que intento un esfuerzo de reflexión para que nos preguntemos qué ha sido de aquella frescura novedosa que implicaban en sí las Bienaventuranzas.
Por eso me atrevo a hacer las siguientes preguntas:
¿Qué ha pasado con aquel ardor que hacía que las masas humildes, los pobres, los despreciados y proscritos siguieran esos mensajes, esas sentencias liberadoras y comprometidas con los débiles del mundo que eran estas sentencias esenciales y que dan sentido a todo el Sermón del Monte?
¿Por qué hemos dejado que se apague aquél fuego que eran las sentencias de Jesús, sus bienaventuranzas? ¿Acaso estamos apagados espiritualmente? ¿Acaso nuestra fe está mortecina o definitivamente muerta para que no podamos captar la urgencia, el grito solidario y aquella fuerza evangélica que nos trajo Jesús con su Evangelio a los pobres?
¿Qué necesitaríamos para poder reavivar el fuego que ardía en los labios de Jesús al sentarse ante sus discípulos y las multitudes para enseñarles? ¿Qué hemos de hacer para que el Evangelio sea así de atractivo para que las gentes caminen tras el mensaje de los cristianos? ¿Cómo podríamos sumergirnos en la frescura y en el fuego del mensaje de Jesús?
Quizás yo no os sepa decir el cómo, el camino para poder seguir la revolución solidaria de Jesús con los pobres y con los sufrientes. Pero sí os puedo decir una cosa: Hay que estar dispuesto a pagar el precio de la práctica y enseñanza de este evangelio solidario con los excluidos del mundo.
Jesús pagó el precio. Quizás su compromiso con los pobres y robados de dignidad, quizás el hacer un Evangelio tan diferente de las líneas insolidarias que seguían y practicaban los religiosos de la época de Jesús, fue lo que llevó a Jesús a la cruz, a la muerte del dador de la vida, a la muerte del creador de todo lo que existe.
Quizás cada una de estas bienaventuranzas, cada una de estas sentencias solidarias con los pobres, los hambrientos y los desconsolados del mundo, eran, simbólicamente hablando, los clavos que clavaron a Jesús en la cruz. Ocho sentencias que dieron lugar a los ocho clavos, valga la imagen simbólica con la que en este momento hablo, que clavaron a Jesús en la cruz por comprometerse con los pobres y sufrientes del mundo. El Evangelio a los pobres le llevó a la cruz, aunque, indudablemente, la cruz tenía una trascendencia global de redención de toda la humanidad, de todo aquél que cree en Él.
Si hoy la iglesia se comprometiera con las líneas de las Bienaventuranzas de Jesús con un compromiso serio y total, es posible que la indiferencia que los poderosos del mundo, religiosos, políticos o acumuladores, dejara de ser tal indiferencia. Saltarían a la palestra intentando destruir el movimiento solidario y misericordioso que es el Evangelio.
Hemos de ser valientes y no rehuir de las solidaridades, compromisos, estilos de vida y prioridades de Jesús. Si no, seremos todo, excepto seguidores del Maestro de Nazaret.

* Juan Simarro Fernández

© Protestante Digital 2011

lunes, 21 de marzo de 2011

"Los terremotos no son malos" Terremotos, la razón de ser de Japón

Un técnico especialista en sismos explicó que son necesarios para la estructura de Japón.
"Los japoneses tienen que dar gracias a que su país exista por la zona de subducción de las placas (hundimiento de una bajo otra), si no, no existiría. Ni los terremotos ni la tectónica de placas son malos. Todo lo contrario", asegura a SINC Miguel Ángel Rodríguez Pascua, investigador en el Área de Investigación en Peligrosidad y Riegos Geológicos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME).
Japón es un arco-isla, que se genera, en la mitad norte del país, gracias a la flexión de la placa del Pacífico. Ésta subduce la placa norteamericana y origina la masa continental del país, que se eleva cada vez más. Por la fuerza de la subducción y el vulcanismo, la materia asciende a la superficie, "con lo que aumenta el territorio de Japón, pero se necesitan millones de años", apunta el experto.
Los sismos y los volcanes son "positivos" porque forman parte de la dinámica natural del Planeta, y equilibran los gases en la atmósfera. "En el momento que dejemos de tener terremotos y volcanes nos pasará lo mismo que a Marte: seremos un planeta muerto", zanja Rodríguez Pascua, quien añade que los que generan los desastres son los seres humanos.
Pero la tierra bajo el país nipón está más viva que nunca. La velocidad de deformación (a la que subduce la placa del Pacífico por debajo de la norteamericana) es de 83 milímetros al año de media. Ahora, por la liberación de energía producida por el terremoto, se ha movido de golpe 2,4 metros hacia el este.
"La isla principal del archipiélago, la de Honshu, se ha hundido también medio metro, lo que significa que las zonas de costa que se hallaban menos de medio metro por encima del anterior nivel del mar han quedado sumergidas", declara a SINC Daniel García, investigador en el Servicio Geológico de EE UU (USGS, por sus siglas en inglés).
El sismo, con un epicentro situado a 130 km de la costa de Japón, produjo también un tsunami "casi instantáneo" con olas de hasta 10 metros de altura que arrasó con las zonas más bajas de la costa noreste del país. "Su efecto en la costa dependió de la geometría local y la del fondo marino en la cercanía de la costa", detalla Mauricio González, investigador del Grupo de Ingeniería Oceanográfica y de Costas de la Universidad de Cantabria.
¿UN PAÍS PREPARADO PARA LA CATÁSTROFE?
Japón es uno de los países mejor preparados del mundo ante los seísmos. Sin embargo, a pesar de la alta actividad sísmica registrada hasta el día del gran terremoto, los japoneses nunca pensaron que tras el sismo del miércoles 9 de marzo –de 7,2 grados- ocurriría uno mayor.
Pero el terremoto "de la costa pacífica de Tohoku de 2011", como lo denomina la Agencia Meteorológica de Japón, ha sido uno de los cinco mayores de la historia moderna. Las personas que lograron sobrevivir al sísmo, se enfrentaron al posterior tsunami, que no perdonó.
"El país tiene 130 millones de habitantes, con un 70% en sus costas", manifiesta González. La población, sobre todo de Sendai, la zona más afectada, sólo tuvo unos minutos para reaccionar.
"El sistema de alerta japonés avisó a las autoridades en tres minutos y a la TV y la radio a los siete minutos. El tsunami en Sendai tardó en llegar alrededor de diez a doce minutos. En esta zona tan plana y de grandes dimensiones, es imposible físicamente hacer una evacuación en tres o cinco minutos", añade el experto en tsunamis.
Al paisaje desolado tras el maremoto se suman las réplicas en un país ya de por sí en tensión constante.
"Las réplicas durarán años. Cuanto mayor es un terremoto, más réplicas, de mayor magnitud y durante más tiempo, genera. De forma general, se pueden esperar réplicas de una magnitud hasta un grado menor que la del terremoto principal (en este caso de hasta 8 grados)", certifica García.
Pero a medida que pasan las semanas, "la frecuencia de las réplicas decrece, y también la probabilidad de que sean grandes". Aunque más de un año después del terremoto de Chile ocurrido en febrero de 2010 y de 8,8 grados en la escala de Richter se siguen registrando réplicas de hasta 6,0-6,2 grados. "En este caso es esperable un comportamiento similar en Japón", advierte el investigador.
Las réplicas también podrían generar otro tsunami pero de menor intensidad, "aunque dañino localmente", asegura el científico de la Universidad de Cantabria. Y todo porque el sistema necesita "reacomodarse" generando réplicas, pues el fondo marino se alzó entre seis y quince metros el pasado 11 de marzo.
UN TSUNAMI NUCLEAR
La magnitud del terremoto y la posterior gran ola que llegó a la costa, que en algunos puntos alcanzó hasta los 10 metros, también inutilizaron el suministro eléctrico de los seis reactores de la central nuclear de Fukushima, la más próxima al epicentro.
Como resultado, fallaron los sistemas de refrigeración de las plantas, aumentó la presión y se produjeron varias explosiones de hidrógeno, con la posterior liberación de partículas radiactivas y la activación de un plan de emergencia. El accidente ha mantenido en vilo al mundo entero, y las autoridades japonesas trabajan contrarreloj para introducir agua en las piscinas y enfriar los reactores.
"En Japón las centrales nucleares están muy bien construidas, pero estimaron un terremoto máximo un punto inferior al que se produjo en esa zona. Están diseñadas bastante por debajo de lo que tendrían que aguantar, y aún así han aguantado bien", indica el investigador del IGME.
La alarma nuclear generada esta semana por varias explosiones en los reactores de la central de Fukushima ha reabierto el debate de la energía nuclear. "En España las centrales nucleares se construyeron en los años ’70, cuando el estudio de la tectónica de placas acaba de aceptarse. Revaluar el estado de estas centrales ahora es importante porque lo que sabíamos en ese momento no es lo que conocemos en la actualidad", recuerda Rodríguez Pascua.
A pesar de los efectos del desastre natural, los expertos coinciden en que Japón es uno de los países mejor preparados ante un sismo y el que posee el mejor sistema de alerta local del mundo. De no ser así el número de víctimas sería mucho mayor.
Pero, ¿se puede hacer más? "Las zonas ahora afectadas podrán ser zonas protegidas en el futuro impidiendo urbanizar nuevamente, ya que físicamente es casi imposible evacuarlas si el tsunami ocurre al frente. Pero ¿qué hacer, si ocurre al frente de otra zona similar? ¿Hacer un dique de protección a lo largo de toda la costa? No hay dinero para financiar esto. Es muy complicado", insinúa González.

Más información sobre ciencia y salud en www.neomundo.com.ar
( www.neomundo.com.ar ) Especial SINC // Adeline Marcos), Yahoo Noticias

domingo, 20 de marzo de 2011

PROMOVER EL REINO DE DIOS EN NUESTRA VIDA ENTERA

Por. Rev. Leopoldo Cervantes-Ortiz, México

1. Las interpretaciones reduccionistas del Reino de Dios
Una de las interpretaciones más riesgosas y eventualmente enajenantes del concepto bíblico de Reino de Dios consiste en ubicarlo únicamente en el futuro y en el más allá de la vida terrenal. A ello ha contribuido la aplicación, un tanto errónea, de la frase sinónima “reino de los cielos” que aparece en varios lugares del Nuevo Testamento (Mt la usa 34 veces), lo que sin duda ha ocasionado que al proyectar la esperanza de la presencia del Reino de Dios únicamente en el futuro se dejen de lado las diversas advertencias del propio Jesús acerca de que ya se había iniciado a través de los diversos signos con que él mismo contribuyó a hacerlo presente en el mundo. Uno de los aspectos más conflictivos, por ejemplo, de la comprensión de la venida del Reino lo constituye el hecho de que la comunidad privilegiada por su acceso al mismo está formada únicamente por aquellos que hayan asumido sus exigencias éticas y espirituales como razón de ser de su vida, según el modelo presentado por Jesús en el llamado Sermón del Monte. Allí, y en amplias secciones de los evangelios sinópticos, la condición única para participar de las bondades del Reino de Dios en la existencia presente es la metanoia, es decir, el arrepentimiento radical y el cambio de orientación de la mente hacia las posibilidades liberadoras, en todos los sentidos, de la acción de Dios en el mundo a través de la persona de Jesús de Nazaret. El seguimiento de los discípulos, hombres y mujeres, fue claramente en esa dirección, pues la transformación que experimentaron los llevó a participar de una forma de vida individual y comunitaria que rebasó, con mucho, lo que Jesús calificó como superación de las enseñanzas de los fariseos y de los escribas, o dicho en otras palabras, la primacía de la acción del amor sobre los preceptos únicamente teóricos o doctrinales de la Ley antigua.
La aparente sustitución del concepto en los Hechos de los Apóstoles y en las cartas apostólicas y, con ello, el advenimiento de la Iglesia como vanguardia y avanzada del Reino de Dios en el mundo, obligó a ésta a adaptarse a una nueva presencia comunitaria en el mundo y a relativizar algunos de los aspectos más comprometedores del Reino ya comenzado a vivir por Jesús y por sus seguidores. Es lo que el teólogo H. Richard Niebuhr (1894-1962) denominó la secularización y trivialización del Reino”, porque históricamente pareció que la Iglesia comenzó a verse como la encarnación del reino de Dios, siendo que, como sintetiza Ladd: “La Iglesia es el pueblo del Reino, pero no se puede identificar con el Reino”.[1] Además, algunas corrientes teológicas como “liberalismo” minimizaron posteriormente las exigencias éticas fruto del esfuerzo de Dios por redimir a la humanidad y hacían del Reino apenas un anuncio de la forma en que los designios divinos podrían ser cumplidos gracias a ciertos esfuerzos humanos por hacerlos presentes en un mundo encaminado hacia el progreso y la felicidad, algo que sin duda no se cumplió en la época en que estas ideas florecieron. Como dice una frase clásica del mismo H.R. Niehbur, que caricaturizó sin piedad el “mensaje” de esta corriente religiosa: “Un Dios sin cólera conduciría a hombres sin pecado hacia un reino sin juicio por la mediación de un Cristo sin cruz”.[2] Este autor fue más directo aún, al criticar la presencia del Reino en un “país protestante” como Estados Unidos: “La soberanía de Dios fue institucionalizada en leyes, el reino de Cristo en denominaciones y medios de gracia, por lo que la tensión hacia la venida del Reino y la esperanza por esta venida fueron transformados en una sanción moral o en una creencia en el progreso. Como una esperanza del individuo, el Reino venidero se convirtió en un evento ultramundano sin ninguna relación orgánica con el presente”.[3]
Su hermano Reinhold se refirió al impacto histórico y cultural de estas ideas como sigue:
Su Reino de Dios significaba exactamente esa sociedad ideal que la cultura moderna esperaba realizar mediante el proceso evolutivo. La democracia y la Liga de las Naciones habrían de ser las formas políticas de esta idea [...]. El Cristo de la ortodoxia cristiana [...] se convirtió [...] en el símbolo de la bondad y las posibilidades humanas, sin reconocimiento de los límites del hombre y, en seguida, sin reconocimiento de la trascendencia.
El no reconocimiento de las cumbres condujo al cristianismo moderno a una ceguera igual hacia las oscuras profundidades de la vida. El 'pecado' de la ortodoxia cristiana fue identificado con las imperfecciones de la ignorancia, que pronto serían superadas mediante una pedagogía adecuada.[4]
Afortunadamente, surgieron, en el seno mismo de la teología protestante, intentos muy efectivos (como el de Karl Barth) que vinieron a corregir esta visión reduccionista y que han contribuido también a recuperar la visión de la centralidad del Reino de Dios en el mensaje de Jesús.
2. La superioridad del Reino de Dios sobre las limitaciones religiosas
Ciertamente, las tendencias mencionadas y criticadas líneas arriba comenzaron a dar señales de vida ya desde el Nuevo Testamento, cuando el apóstol Pablo tuvo que advertir en su carta a los Romanos, que la creencia y el compromiso en la práctica con el Reino de Dios anunciado, vivido y promovido por Jesús no tenía que nada que ver con las prácticas rituales y religiosas ligadas a las formas exteriores, pues sus objetivos rebasan esos límites y pugnan por instalar en el mundo formas nuevas de convivencia y dignidad humana. Seguir atados a los ritualismos impuestos por jerarquías religiosas no solamente podía alejar de los propósitos específicos del Reino de Dios, sino que además puede desencaminar a los creyentes de la misión que han recibido, esto es, hacer visibles los signos del Reino de Dios a partir de sus vidas.
Por ello, el énfasis de la exhortación paulina en Romanos 14 recae en la capacidad y sensibilidad cristianos ante los hermanos/as débiles, quienes merecen toda la consideración para que su acceso efectivo a las bendiciones derivadas de participar del Reino de Dios en el presente no dependa de “comidas o bebidas” (v. 17) sino, por contraste, en la justicia, la paz y el gozo que, como señales del mismo, produce el Espíritu Santo en la vida de las personas. Esto habla, más bien de la plenitud de vida, bienestar (shalom) que Dios desea instaurar en el mundo, ya desde el presente, en camino hacia el encuentro final con la plenitud del Reino de Dios, tal como aparece después en la visión apocalíptica (Ap 11.15).
Las limitaciones religiosas con que se quiere en ocasiones encerrar las grandezas del Reino de Dios deben ser denunciadas con claridad para advertir los peligros de reducir la visión a la que Dios desea llamar a quienes voluntariamente se comprometen con la esperanza en la venida de esa era anunciada y vivida por Jesús. Sus signos visibles en cada situación humana deben hacer palpable pues el Reino de Dios puede ya vivirse en medio de la historia conflictiva, en una búsqueda que también implica conflictos continuos en la tarea de enfrentar los signos de las fuerzas contrarias a su implantación definitiva en el mundo. La vida cotidiana es, quizá, uno de los espacios más difíciles de “conquistar” para instalar los valores procedentes de la esperanza en la venida del Reino de Dios porque ahí es donde se exige una mayor integridad entre lo que se cree y lo que se vive. Tal vez por eso, también, plantea a la sociedad la duda acerca de los requisitos externos para participar de esta esperanza. Y eso es justamente lo que criticó San Pablo en su carta a los Romanos.
--------------------------------------------------------------------------------
[1] G.E. Ladd, Teología del Nuevo Testamento. Terrassa, CLIE, 2002 (Estudios teológicos, 2), p. 88.
[2] H. Richard Niebuhr, The Kingdom of God in America. [1937] Nueva introducción de M.E. Marty. Middleton, Universidad Wesleyana, 1988, p. 193.
[3] Ibid., p. 182.
[4] R. Niebuhr, An Interpretation of Christian Ethics. Nueva York, Harper & Bros., 1935, pp. 23-28